13 mar 2009

# 0 escribida

Leer
Nada menos agresivo, dice Vila-Matas, "que un hombre que agacha su cabeza para leer el libro que tiene en sus manos". Ningún acto más creativamente silencioso, ninguno menos cruento en un mundo cada vez más cruento. Agachar la cabeza es la figura universal de la sumisión: ante el amo, remordiendo en la mudez obligada la rebelión posible o ante el libro único (el que dogmatiza la verdad para abonar el fundamentalismo). Pero cuandoes la cabeza del lector la que se reclina ante el libro plural (es decir, el libro que pone en cuestión la verdad, no el que la dogmatiza), el universo es otro: el latido de una libertad, el recogimiento del mundo en el espacio que media entre los ojos y las manos sosteniendo un libro, como un recibimiento, una acogida calladamente humana. Tal vez leer no sea más que eso: reinventarnos una reconciliación con el mundo, un acercamiento a la humana libertad. La mirada del hombre o la mujer que lee no es la misma de siempre. No hay-como dice Vila-Matas- ninguna agresividad, pero tampoco hay apetencia ni tormento. Hay un dulce olvido del yo, una tierna debilidad que abandona las fatalidades de la soberbia y se deja estar para que el libro sea, se pierde en una afasia apaciguada para que el libro se encuentre. Una sumisión que deviene en libertad... Las manos de la mujer o el hombre que lee no aprietan ni someten, no fuerzan ni maniatan: se abren hacia arriba, como el humo o los pájaros, y sin embargo, acogen, quietas, las páginas fecundadas y las vírgenes, y cierran sin cerrar el círculo que la mirada empieza, como un vientre que atesora un libro.
Leer "La escribida"
En La escribida respira ese libro plural, ese recogimiento, esa dulce libertad de lo nuevo haciéndose lugar entre los territorios domesticados. Una vanguardia crítica que se refugia en el nombre mismo: escribida, como una rebelión contra las formas canonizadas, como un lenguaje que prefiere el alegre desvío antes que la previsible ortodoxia. La escribida es el espacio de una escritura nueva y distinta, es el deseo de ser lo nuevo y lo distinto, sin estridencias, casi silenciosamente. Desandando ese deseo está la palabra a la intemperie de la poesía nueva(Dastugue, Esnaola), la mirada que entrecruza bordes y sincretismos(Pochetino), la lucidez en transparencia (Palombarini) y la opacidad macedoniana (Liendo), la tierna intimidad de las cartas, los entrecruces que la cultura propone entre la política y la ciencia (Iglesias, Cabutto), la inmersión en el subyugante planeta Lamborghini (Hernández Lemos), losmodos diversos de decir y ser para inventar un sitio sin demagogias, sin compromisos, sin facilismos. Un sitio que respete y valore al lector, que lo estime como buceador de lo que está por nacer naciendo, de lo que no es aún ni todavía porque aparece produciéndose. Un necesario sitio que, como el libro plural, venga a poner a la verdad en cuestión, a cuestionarla desde la inteligencia pero también desde la alegría, a convertir la página que estaba en blanco en embargada, allanada, y, desde este número primero y augural, por fin, escribida.
SGC

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publicación/fiesta de las tendencias literarias y artísticas de río tercero